Plaza de España 17 40100 San Idelfonso. Segovia
En nuestro recorrido por los jardines de los Sitios Reales llegamos a los de La Granja, quizás el más grandioso y lujoso de todos.
Los orígenes de este Real Sitio se remontan al año 1450, pero fue Felipe V en el siglo XVIII quién, al conocer el lugar, quiso traer consigo los gustos de la corte francesa en donde había nacido y vivido y pensó en construir un palacio al estilo de Versalles.
La continua presencia de los reyes hizo que en sólo tres años se levantara el cuerpo principal y la capilla del palacio y, en cuanto al jardín, toda la zona de la Cascada Nueva.
Poco después el rey adquiría nuevas tierras que incluían una zona boscosa y el gran embalse El Mar, cuyo caudal permitía la construcción de más zonas ajardinadas.
El Palacio, que en un principio debía servir para el retiro de unos reyes que, aún siendo jóvenes, deseaban intimidad, cambió su objetivo cuando Felipe V tuvo que volver a reinar tras la muerte prematura de su hijo Luis I. A partir de entonces, La Granja debía poseer el lujo necesario para albergar a una de las cortes más importantes de Europa. De esta forma, el monarca siguió trabajando en los jardines de la Granja hasta su muerte, sirviéndole también de panteón. Las obras no acabaron hasta el reinado de Carlos III.
En los Jardines existen 26 fuentes monumentales, todas ellas con fantásticos juegos de agua y con personajes e historias mitológicas propias. Por ejemplo:
- En el parterre de la Fama, las estatuas de Dafne y Apolo y la fuente que le da nombre.
- La Fuente de las Ranas, que cuenta la historia de la diosa Latona, a la que niegan el agua los campesinos y, por ello, en castigo, son convertidos en ranas.
- En el centro de la Plaza de las Ocho Calles, Mercurio lleva en brazos a Psiquis y, alrededor de ella otras ocho fuentes dedicadas a Neptuno, la Victoria, Marte, Cibeles, Saturno, Minerva, Hércules y Ceres.
Y así todas las demás. Su visita se puede hacer siguiendo el orden establecido o paseando y dejando que sea la suerte quién nos diga el orden en que las encontremos.