Calçada Martin de Freitas. 3000-456 Coimbra.
En 1772, el Marqués de Pombal, como parte del proceso de modernización de las instituciones educativas de Portugal, decidió crear un nuevo jardín botánico. El lugar elegido fue una ladera de la Universidad de Coimbra que se abancaló y dividió en arriates estrechos para estudiar mejor las plantas.
En 1807 se cultivaban, ya, más de 400 especies y se había convertido en la institución más importante del país en su género. El Gran Invernadero fue el mejor hasta la creación de la Estufa Caliente en Lisboa en 1975.
El jardín siguió creciendo y, a finales del siglo XIX, recibió del Jardín Botánico de Melbourne su gran colección de eucaliptos y su enorme Ficus macrophyla.
Durante esta misma época, los jardines botánicos se vieron obligados a abrir sus puertas al público. Coimbra, como los demás, se adapta a ello creando una avenida de tilos e instalando bancos y fuentes pero, conservando siempre el espíritu vanguardista con que el M. de Pombal lo creó. De todo aquello quedan las estructuras y los grandes ejemplares, pero nada que invite a pensar que este jardín fue pionero en toda Europa.
Con gran parte del jardín cerrado al público, no se entiende que una Universidad, como la de Coimbra, se escude en la falta de dinero para abandonar de esta manera un jardín histórico que fue símbolo tanto de su ciudad como de toda Portugal.