Las palmeras se adaptan mejor que muchas otras plantas a las condiciones del interior de nuestros hogares y edificios. Toleran la negligencia y, aunque puedan parecer caras en un principio, son siempre una buena inversión por su gran longevidad.
La diversidad de sus formas y siluetas hace de ellas plantas con un extraordinario valor ornamental para la decoración de interiores con la ventaja de que, si han sido bien elegidas, requerirán un mantenimiento mínimo.
En cualquier caso, y aunque la mayoría de las palmeras que mejor se adaptan a las condiciones de interior tienen un origen tropical y húmedo, será necesario establecer unas normas generales de mantenimiento.